Su mente yace en cualquier lugar. Ni siquiera él es consciente de dónde está, de quién es, de quién eres. No te reconoce, sólo sabe que tu tacto no le es ajeno, que tus besos no le estorban y que depende de tus manos.
Alejada de tu severa fortaleza, me ofreciste la más bella de las lecciones: me definiste el amor en cada gesto regalado, al tiempo que en tu rostro, maltrecho de realidades cotidianas, las lágrimas se dulcificaban hasta morir evaporadas.
Sobrepuesta, sólo a medias, le arropaste de nuevo, intentando que él no notase tu angustia. Buscabas protegerlo incluso de tus miedos. Como a un niño indefenso, le mulliste la almohada y sonreíste, con aquella picardía tan vuestra que jamás quisiste hacer pública. Ahora lo sabes. Ahora que ya semeja todo tarde sabes que nunca debiste medir los besos, sabes que es tarde para la coquetería.
El tiempo muere. Ya no puedes buscar la protección de sus brazos, sólo tomar su mano, apoyar su cabeza en tu pecho y, rota de desesperanza, ser tú quien le mezas para ahuyentar su desazón: tus propias angustias que temes que le ahoguen.
7 comentarios:
Maravilloso gesto el de acunarlo entre tus brazos a pesar de ser consciente, que ni siquiera sabrá si son tus brazos.
Que arrepentimiento por no haberle podido regalar cada día un beso...
Hoy todos son suyos, pero... ¿sabrá que son tuyos?
Besos y ánimos... No olvides acunarlo...
Díle que eres tú, díle dónde está, díle qué es para ti, díle lo que sientes, díle la verdad.
Díselo.
Un abrazo.
Non lle digas nada. Que se amole!.
Ademáis así a tua fecundidade literaria agroma con mái énfase...
Pues no sé si estoy de acuerdo con Irene o con Chousa, hacen falta más datos para tomar una decisión, jejeje.
Medir los besos? Habrase visto!!! :P
Es un texto oscuro y ambiguo, me parece...
¿O soy incapaz de entenderlo?...
Ahí le has dado Benjuí.
¿Muere el amor o muere el tiempo?
La vida es sueño, y los sueños sueños son, (Calderon de la Barca), pero el amor es una utopia,la vida es un sueño, la muerte es el final del principio de la vida, ya que desde que nacemos es el destino cierto.
Todo es verdad, nada es mentira, o quizas es todo una gran falsedad, un desconsuelo, un proposito de dulcificar el sufrimiento desde que venimos....a este desproposito sin tiempo. Tenemos que pagar una deuda heredada con el destino, y no hay posibilidad de huida.
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