jueves, 2 de octubre de 2008

Del sueño...

El porqué. Cerró sus labios a mis soles de estío, para retener nuestros besos de primavera. Y me alejé, hastiada de dolor, rumiando en otras bocas desalientos de ausencias.

El sueño. Pero esta noche le vi, plácido en mi mirada. Con el tiempo detenido en su sonrisa y los labios ardiendo en primaveras eternas. Y el otoño se tornó cálido. Y el deseo…

La interpretación. A veces creo que lo que me aterra es el exceso de ternura*.

* ... cuando el deseo se transforma en necesidad de él.

4 comentarios:

Jordicine dijo...

Pues si llega, bienvenida sea. Un beso, Markesa.

Isabel dijo...

Los sueños son los deseos, ¡ adelante con ellos !.
Un beso

Anónimo dijo...

OHHH...bueno...creo que cuando ocurren estas cosas, nada podrá cambiarlas, siempre permanecerán, aunque sean otras bocas las que beses, otros cuerpos los que toques, otras mentes las que atravieces, él siempre estará.

Nikaperucita dijo...

Yo si me lo permites, me quedo pensando en esto que has escrito :)