sábado, 22 de noviembre de 2008

Fuegos fatuos, humo efímero

En ocasiones uno se descubre escupiendo toda la bilis que almacenó durante años. Y llega un momento en el que ya no basta. Y es entonces cuando vomitas la ira, y lo haces a borbotones.

Las palabras salen con el mismo grado de pasión. Fluyen de un modo vertiginoso, y eso les resta orden y concierto. Y, a fin de cuentas, la marabunta merma la fuerza de lo singular, de lo que importa.

Todo adquiere el mismo valor y, por tanto, todo se torna plano, como la muerte; y matas al odio.

Pero, cuando por fin, dentro de tu cabeza, parece amainarse el choque de una rabia contra las otras, descubres que ni siquiera te has calmado, ni vaciado, ni... Descubres que simplemente has descrito en voz alta aquello que tantas veces ha resonado como un eco en esa mente que construiste a medida: sorteando los golpes de las memorias, de situaciones ya vividas y recreadas a nuestro antojo, que poco a poco la fueron cincelando.

Y te preguntas para qué. Para qué manifestar esa sensación sempiterna y omnipresente que sólo en ocasiones se enciende. Para qué, si sabes (ahora lo sabes y sabes que siempre lo has sabido) que no servirá de nada. Ni siquiera como terapia.

Las quejas: meros fuegos fatuos, que se desdibujan rápidamente en el aire, dejando un leve rastro de humo que no nos afecta, pues ya no brilla, pese a que algún testigo, cegado por el fulgor inicial, pueda querer subirse a él (cual cola de cometa) a fin de, en una aventura a priori perdida, llegar al meollo de tanta cólera.

Pero el rastro, insisto, es de humo. De humo y nada más.

Y el humo es un mero signo de esa colisión inevitable que, lejos de sosegarse a través de pequeñas implosiones, derivó en una explosión llena de fuegos de luces y de sonido y, cómo no, de artificio.

15 comentarios:

Francisco dijo...

La aceptación es el primer paso para sanear toda esa rabia y dolor que canalizas a través de la ira. Si quieres ir mas allá del nacimiento y la muerte es necesario que tu mente sea dura como el acero, debes aceptar tu verdadera naturaleza original, dejar de considerar a los fenómenos como si fueran externos o internos, dominar todos los obstáculos de tu mente y procurar que tus acciones emerjan desde lo más profundo de tu ser.
Esto que te digo, a mí me va bien, por muy ambiguo que parezca.
Abrazos
F

irene dijo...

Mis bilis, mis amarguras, no son de odio, sí son de rabia, de rabia contenida, por lo que pudo ser y no fue, porque no supe atrapar los momentos, que tal vez, con el paso del tiempo, llegué a idealizar. Pensaré eso, al menos quedará un buen recuerdo, lo prefiero a que sólo sea humo y fuegos de artificio.
La vida sigue, seguiremos caminando, nunca se sabe qué podemos encontrar a la vuelta de cualquier esquina. Estate atenta.
Besos Markesa.

Silvia_D dijo...

Cariño, yo si no vomito reviento y sí pienso que sirve para algo, al menos, descarga el alma, aunque no arregle nada, eso dentro no puede quedar.

Besos sosegados :))

Chousa da Alcandra dijo...

Copio e pego unha frase de Irene: a vida segue. E hai gustiños que ainda están agardando por ti. Que sexan efímeros ou de longa duración...non nos corresponde aos humanos acotar eses tempos; so disfrutalos!!!

Un biquiño de sábado

Anónimo dijo...

entonces...si convertimos toda esa ira en otro tipo de energia que se traduzca en plancentera? ya sé, es facil decirlo, pero se puede intentar, creo que se puede siempre y cuando exista elr eceptor. ;) jijiji, tu ya me entiendes.

Anna dijo...

La impotencia es una dama que se presenta a la mínima ocasión, a mí me sucede a menudo cuando veo las noticias y cuando siento el egoísmo del ser humano tan de cerca.

Bs.

Deambulando con Artabria dijo...

Yo es que tengo muy mala leche, mucha....... :s

P.D. He vueltoooooooo!!!!

Mar dijo...

Yo antes padecía de problemas de estomago, hasta que un amigo me enseño a soltar todo eso que me hacia daño, aprendí ha hablar y las molestias desaparecieron.
Ahora no hay quien me calle, jajajajaja.
No hay que guardar dentro nada que nos pueda hacer daño.

Quierete, eres tu mejor amiga :)

Besitosssssss

Recomenzar dijo...

Me ha gustado mucho tu blog realmente diferente te invito al mio.besos

Unknown dijo...

Quizás una forma de vomitar, pero sin derramarlo por todos lados, es hacerlo más seguido. Por supuesto siguiendo la metáfora, no se vaya a malentender y confudir con trastornos bulímicos. La rabia acumulada en algún momento debe liberarse, yo he notado que actividades como el yoga o algún deporte ayudan mucho para ello, excepto cuando los temas son realmente fundamentales.
¡Saludos!

Jordicine dijo...

Hay que sacarlo todo, claro que sí. Pero todo, todo. Y como repito muy a menudo hay que gustarse a uno mismo para gustar fuera. Un beso.

Thiago dijo...

Cari, tienes razón, pero no deja de ser un estupendo ejercicio de autolimpieza dejarlas salir, pq el ese humo si se queda dentro de uno, al final produce gases, jajaj

Si las quejas tuvieran materia, por muy pequeña que esta fuera, no cabe dudad de que esos miniátomos serían la materia negra del universo....

Bezos

Paz Zeltia dijo...

emociones contenidas, tanto `positivas como negativas, nos piden salida, para estallar con rapidez y violencia, y se expanden impresionantemente para desaparecer casi de inmediato. y solo queda el olor a pólvora... quemada.

Markesa Merteuil dijo...

A veces las has mascado tanto que ya ni siquiera salen con violencia, sólo de forma continuada, imparable, pero lentamente, sin limpiar nada a su paso.

Anónimo dijo...

si el fuego da luz y vemos, ¿qué importa su origen?

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