miércoles, 10 de diciembre de 2008

Como canta Quique González...

..."en el rompeolas me acuerdo de ti"...

Ayer estuve en uno... en uno en el que me entró la nostalgia.

En uno abrigado del mar y del viento al objeto de proteger a las embarcaciones que lo tienen como refugio. No obstante, el temporal me dejó a mí al descubierto (tal vez me vio endeble). Y disipó mi nostalgia con el sabor del Cantábrico que cubrió mi rostro, mis manos, mi cabello, mi abrigo... para recordarme que debía salir de allí (¿de la morriña?) cuanto antes para esquivar los peligros del envite de aquellas portentosas olas.

Regresar al coche también resultó una hazaña. Fue justo en el momento en el que comenzaba a diluviar, mientras un fortísimo viento me frenaba (¿tendrá la añoranza tanto poder?). Su furia era tanta que, ya en mi vehículo, notaba cómo, mientras yo narraba la aventurita, Eolo zarandeaba mi utilitario...

Y miré de nuevo al espigón, desde la distancia protectora.



(Y aquí llegáis vosotros. Llega Irene con su última entrada, llega Artabria con su viaje... y veo que, a fin de cuentas, el temporal no nos dejó indiferentes. ¿Punto de unión?)

18 comentarios:

HADEX dijo...

Ay....pero no hay espectáculo tan bello y aterrador al mismo tiempo como un temporal en el mar.....

Markesa Merteuil dijo...

Cierto... y encima la semana pasada... nuevo naufragio de un pesquero ligado con Burela. Y justo me enteré cuando llegué a la cofradía de pescadores de dicha localidad... Parece tan incomprensible que, pese a lo modernos que son los pesqueros actualmente, sigan zozobrando. Es... :-(

Flor Galmes dijo...

muy lindo!
www.palabrasparaconsolarme.blogspot.com
FlO!
:)

irene dijo...

La fuerza del amor, de la nostalgia, es mucho más fuerte que la de un huracán, ninguno puede arrancarte de un amor bien arraigado.
Espero que encuentres, de nuevo, "la actitud".
No conozco Lugo, me dicen que es precioso, si no hubiera sido por ese temporal del Cantábrico, huniese ido a conocerlo, al fin y al cabo, sólo nos separaba una hora, más o menos.
Gracias por tu mención.
Moitos biquiños.

irene dijo...

Vengo de conocer a Quique, no le conocía, esto debería ser un delito.
Me ha gustado mucho, canta muy bien, preciosa canción El rompeolas.
Bicos.

Markesa Merteuil dijo...

Gracias, Flo. Después me paso por tu casita.

Hoy estoy hiperlucense, Irene... :-) Me alegro de que te haya gustado Quique... A mí me lo descubrió la autora del blog: entretuyyo.blogspirit.com

Deambulando con Artabria dijo...

Pues no, no nos dejó indiferente, pero bien podía haber pasado de largo.

Anónimo dijo...

Me a gustado mucho perderme por su blog, me a sido muy grato he instructivo, es muy completo, muchas gracias.
Saludos

Markesa Merteuil dijo...

Es que vaya panorama el tuyo, Artabria, y el de LM.... :( ¿Estáis mejor?

PD: Tenemos que hablar sobre el colectivo, que me vino el flus así de repente.


Muchas gracias, Naturline, regresa cuando quieras.

Anónimo dijo...

Saludos:
Le invito acudir a mi blog para leer un artículo en el que narro lo que me ha ocurrido con mi banco; el Santander Central Hispano. Tenerlo en cuenta le valdrá para que el toro no le atrape como sí que hizo conmigo.
Yo personalmente me he quedado de piedra, aún estoy que trino.
Por cierto, de acuerdo con usted, aquel que no cree en nada, es nada.
Un abrazo desde Gran Canaria.

Chousa da Alcandra dijo...

Bonita estampa a que describes, ainda que produza un chisquiño de frio.
O mar bravo, ademáis de evocar poesía, tamén provoca tremendas desgrazas...Os nosos mariñeiros sábeno ben.

Un bico dende terra adentro

Markesa Merteuil dijo...

Os nosos mariñeiros, os fillos, as donas... e os cemiterios. Os camposantos da bisbarra mariñana, Chousiña, sábeno ben.

Silvia_D dijo...

Hechizante y traicionero.

Besos, cariño

Markesa Merteuil dijo...

Besos para ti, princesa. Te echo un pelín de menos. A ver si acaba pronto la Navidad y vuelvo a ciertas rutinas... :-)

Anónimo dijo...

Me dio frio de imaginarte ahi...cuando el viento te hizo un revuelto en el pelo, fué cuando la nostalgia se vio reflejada en el mar.

Isabel dijo...

El mar nunca me dejará indiferente, me encanta, aunque le tengo mucho respeto, por su belleza y por su poder. Un beso

Markesa Merteuil dijo...

El viento, Cat's, y las olas... de las que me creía a salvo... Pero... resultó que no.

El mar, Isabel, es siempre hermoso, desde la calma más plácida hasta la tempestad más brutal... Lo malo son las consecuencias de aventurarse con él cuando no es propicio. Y es entonces cuando los hechos más luctuosos despiertan a las musas de los poetas.

Paz Zeltia dijo...

pues yo estuve calentita y en pijama. sofá y mantita. asi no hay temporal que me afecte :-)