miércoles, 14 de octubre de 2009

Nosotras parimos, ¿nosotras decidimos?

Escribir sobre este tema puede dar lugar a errores. De hecho, supongo que muchos leerán las siguientes líneas condicionados por aquello que se supone que deben defender quienes apuesten por una u otra ideología, por una u otra creencia. Pero aun a riesgo de una lectura somera me apetece abordar un tema tan controvertido como es el aborto.

Se supone que como mujer debo aplaudir el manido grito feminista del "nosotras parimos, nosotras decidimos". Y lo aplaudo, cómo no, pues es un eslogan que en su día tuvo un gran valor. Entonces significaba un rechazo al autoritarismo machista al que habíamos estado sometidas durante años. Sin embargo, ahora mismo y dada la actual coyuntura, considero que apoyarlo sin más puede incluso alimentar pretensiones machistas. Es decir, lo secundo, claro, pero matizando el "nosotras decidimos".

Desde luego sí es indiscutible ese "nosotras parimos", pero rara vez una mujer elige desde la libertad. No existe capacidad real de elección, dado que quien debe decidir lo hace en función de unos condicionantes.

Me niego a creer que la interrupción de una gestación sea una decisión que se tome alegremente. Si se hace, en muchos casos, es debido a que la mujer que se encuentra en dicho brete se siente incapaz de sobrellevar la maternidad, puesto que ésta, que no se nos olvide, es un ejercicio de responsabilidad.

Teniendo en cuenta esto, en lugar de propiciar el aborto, una "solución" que sin duda exige un menor desembolso económico, un Estado valiente debería sentar las bases para garantizar que aquélla que decida seguir adelante con su embarazo pueda el día de mañana asumir la manutención y educación de su hijo, algo que hoy en día ni siquiera es factible para muchas mujeres que sí cuentan con una estabilidad económica y/o con el apoyo de sus parejas. Esto es debido a que una maternidad "pronta" limita enormemente la capacidad de la mujer para medrar en su carrera profesional, e incluso, a pesar de los pesares, puede suponer su despido.

A estos inconvenientes, ya de por sí dolorosos puesto que exigen renuncias, habría que sumar el hecho de que, en muchos casos, la educación del retoño ha de encomendarse a otros. Prácticamente nadie se plantea el asumirla de un modo pleno, pero incluso es realmente complicado alcanzar la conciliación de vida familiar y laboral, un deseo expresado en innumerables ocasiones pero que, desde luego, suena a utopía. Hasta ahora se suponía que estábamos dando pasos para lograrlo, pero la actual situación económica impide exigir un mínimo de derechos, dado que, de hacerlo, lo más probable es que el trabajador pierda su empleo.

La decisión fácil, por tanto, es el aborto. Pero, ¿es una decisión tomada desde la libertad?

En otros casos, la que opta por interrumpir su embarazo se ve instigada a hacerlo por su propia pareja, que equipara la palabra bebé a la palabra atadura. Efectivamente, la maternidad y la paternidad son exigentes para quienes ejercen estos roles. Sin embargo, no todos los que deciden ser padres se comportan como tales. Es por ello que, si bien muchos podrían argumentar no estar preparados, debemos tener en cuenta que nadie nació con un manual bajo el brazo que resuelva cualquier conflicto derivado de la maternidad o de la paternidad. La falta de preparación, por tanto, no es una excusa.

De todos modos, es cierto que en muchos casos la mejor opción es eximir a una de las partes implicadas en el proceso que derivó en gestación de la responsabilidad, ya que, aunque éste se ejecutase de común acuerdo y sin ningún tipo de coerción, hay un bonito dicho que reza: "Mejor sola que mal acompañada".

En este caso, no sólo las posibles consecuencias económicas, sino también el peso del qué dirán serán las encargadas de presionar a la gestante. La opinión de la sociedad, todavía extremadamente cerrada aunque lo neguemos, es para muchas una pesadísima losa. De nuevo nos vemos obligadas a tomar una decisión y de nuevo ésta es condicionada por la más que probable hambre y por la cerrazón de una opinión pública arcaica que, llena de prejuicios y alimentada por la intolerancia y los miedos, está convencida de que continua progresando.

Otro grupo de presión lo constituye la familia, cuyas sentencias son extraordinariamente contundentes especialmente cuando la gestante es menor de edad.

Además, no podemos olvidarnos de la pareja y del chantaje del abandono. Por muy feministas que nos creamos, no hay que olvidar que somos seres humanos y que, como tales, tenemos sentimientos. Y, condicionadas por éstos, nos dejamos llevar a tal punto que optamos por renegar de la razón y entregarnos a las pulsiones, que, en muchos casos, simplemente sirven para contentar a otros y no a nosotras mismas.

Abortar es una opción que, evidentemente, debe estar al alcance de la mujer. No obstante, ésta debe saber realmente cuáles pueden ser las consecuencias de tomar esta decisión. Y saber no implica solamente que alguien te enumere qué podría pasar, sino que saber implica también conocer desde la madurez. Nadie debe ser quien de poder influir en una decisión que puede incluso acarrear problemas de salud a aquélla que opta por tomarla.

El nosotras parimos, nosotras decidimos sólo es factible, pues, cuando no es usado exclusivamente por quienes defienden el aborto o por quienes lo consideran como la solución menos mala. Nosotras sólo podemos decidir cuando lo hacemos desde la libertad, y cuando esa decisión puede ser incluso la de asumir maternidades en solitario y con todas las garantías para nuestros hijos. Sólo entonces la consigna es realmente válida.

12 comentarios:

Yyrkoon dijo...

Creo que casi en lugar de contestarte te voy a dedicar un post enterito para ti aún a riesgo de que dejes de hablarme.

GRRR

Markesa Merteuil dijo...

Dudo mucho que deje de hablarte.

Isabel dijo...

Un post muy bueno y muy bien argumentado, un tema muy delicado: Creo que ninguna mujer decide abortar como opción "mas fácil", y que cada una, cuando decide abortar, lo hace por una razón. Aunque deberían tener desde muy pequeñas, toda la información, y a la hora de llegar a ese punto, saber que tendrán todas las garantias para su hijo, quizá de esa forma, algunas siguiesen adelante, pero en cualquier caso, estoy contigo en que debe decidir siendo consciente de las consecuencias y con total libertad. Un beso

Deambulando con Artabria dijo...

Un tema complicado, desde luego, yo tengo mi propia opinión al respecto y no dista mucho de la tuya, pero en estos momentos no me siento con ganas de escribir líneas y líneas..........luego te cuento....

HADEX dijo...

Completamente de acuerdo.

Chousa da Alcandra dijo...

Unha reflexión moi axeitada.
Nun tema tan profundo e relevante nunca hai unha única resposta.

ALBINO dijo...

Has escrito una serie de reflexiones muy acertadas sobre uno de los temas más controvertidos que hoy existen, y conste que pongo al margen todo tipo de connotacion religiosa, con la que no me siento partidario, entre otras razones porque las monjas no paren y sin embargo hay muchos curas con hijos más o menos ocultos.
Hay que analizar todas las circunstancias previas al embarazo que van desde la fatalidad contra la vonluntad hasta una decisión afirmativa, pero de la que al poco tiempo se reniega porque se temen las consecuencias.
Estoy de acuerdo con el primero de ellos y pienso, en el segundo caso, que el gobierno debería de estar de acuerdo con el derecho a que la mujer que quede embarazada y desee el hijo no lo pierda por falta de medios. Que se le garantice su futuro.
Cariñosamente

Jordicine dijo...

Quizás tiene que ser una decisión conjunta, no? Un beso, MARKESA.

Markesa Merteuil dijo...

Isabel, acabo de leerte y comentarte... ;)

Artabria, estoy deseando una charlita contigo, aunque me gustaría más un cara a cara... :-), por eso de poder sonreirnos mientras nos tomamos algo.

Hadex, creo que algún punto no está muy claro en cuanto a argumentación, según me comentó alguna gente, que aduce que sólo conociéndome se sabe qué quise decir. No sé. Yo creo que se entiende.

Markesa Merteuil dijo...

Chousa, para ningún tema hai unha única resposta. Pero a mín hai cousas que me dan medo se se levan ós extremos. E ás veces vólvome algo catastrofista.

Albino, debemos insistir en pedir medios, dado que criar a un niño resulta cada vez más complicado, incluso viviendo en pareja. Y tantas trabas van incluso en contra de los derechos básicos de los pequeños.

Jordi, no siempre hay ganas por ambas partes de debatir esta cuestión. Pero, si uno de los dos no quiere interrumpir el embarazo, creo que ésta debería ser la elección.

Julián Nailes dijo...

hum....

No voy a entrar a exponer mis ideas ni a defenderlas. Pues todo esto lo hago con mi forma de actuar con y para los demas.

Solo entrare en la cuestion de la retorica, y las cuestiones que creo, entran dentro del sentido comun....


Es razonable, que una persona menor de edad, no pueda comprar alcohol, tabaco, o entrar en una discoteca sin autorizacion/acompañamiento de sus padres y/o tutores, y sin embargo pueda abortar?

Es razonable que una persona pueda ir a la farmacia y xa k le den un antibiotiko necesite receta (no entro en k haya farmacias k lo den aunk la persona no lleve receta, solo digo lok dice la ley) y xa comprar la pildora postcoital no?

Un antibiotiko, salvo en kasosss muy muy muy excepcionales, NO MATA. Simplemente pierde eficacia. Una pildora postcoital que se tome una joven sin conocimiento alguno puede matar (desde hemorragias masvias, shock hipovolemicos...etc cuestiones que no voy a entrar que esto no es una clase de medicina)

Pues eso, solo dejo ahi esas cuestiones, que se salen del sentido comun....asi es que.... cada cual sabrá. Solo pido, que cd se legisle, se haga con cabeza por Dios! con cabeza.

Bezzz

humo dijo...

El aborto existe y ha existido en todas las culturas; el problema es cómo se realiza; esta ley pretende proteger a las mujeres que, por las circunstancias que sean, deciden no tener un hijo.
Evidentemente, es preferible la prevención pero, ni ésta funciona siempre, ni siempre tomamos medidas que la mayoría de nosotras conocemos...
En cuanto al hecho de que una chica de 16 años pueda abortar sin permiso de los padres, encuentro que se trata de una medida de protección para ella, que sería quien tuviera que responsabilizarse para siempre de su hijo. Conozco demasiados casos de matrimonios y partos forzados por padres ultracatólicos...

(Por cierto, el otro día volvieron a poner por la tv "El crimen del Padre Amaro", no sé si a propósito de este debate).