"(...) y acusándome de una falta que no había cometido, le dije que había hecho lo que hacen las mujeres. (...) el buen padre me pintó el mal tan grande, que concebí que el placer debía ser extremo; y al deseo de saber sólo en qué consistía, sucedió el de enterarme por mí misma".
(Carta LXXXI, de la marquesa de Merteuil al vizconde de Valmont. "Las amistades peligrosas", Choderlos de Laclos)
viernes, 9 de octubre de 2009
Vértigo
A veces finjo que me lo creo, pero tus besos me hacen sentir como equilibrista en un trapecio.
...hum....eso esta bien! bezozz que te hacen estar en el filo del avismo...... lo malo es creerselo, o fingiur creerselo, k es peor, porque finges hacia una persona, y en segundo lugar hacia tu alma....
Sr. Yyrkoon, llegados a cierta edad... quejarse no es posible, dado que tenemos aquello que queremos, aunque sea incertidumbre derivada de un afán por seguir soñando.
Irene, este fin de semana... descubrí que aún quedan caballeros. ;-)
Ay, Jordi. ¡Qué te voy a decir que no imagines! El caso es que... muchas veces la imaginación es bastante más amable que la realidad al fondo del abismo. Pero seguiré columpiándome en la nube, hasta que llueva.
8 comentarios:
...hum....eso esta bien! bezozz que te hacen estar en el filo del avismo...... lo malo es creerselo, o fingiur creerselo, k es peor, porque finges hacia una persona, y en segundo lugar hacia tu alma....
Mejor no fingir. Y menos a uno mismo.
Un bezizzzzzz
E como non vas ter vértigo, se non hai cristo que te quite da montaña rusa das costas do parque???
(O certo é que os lugueses non lucenses estamos agardando un convite ás casetas por parte das lucenses luguesas)
Ai, oh, será por cefalópodos dispostos a ser comidos... :D
En lugar de un trapecista, podría ser una mierda, así que tampoco parece para quejarse demasiado, ¡¡llorica!!
;)
1 Besote
Hay muchos Judas disfrazados de Romeo, pero aún quiero creer en los Romeo, ¿si? ufff, no sé.
Besos, Markesa.
Pues tiene que ser precioso. Un beso, Carmencita.
Sr. Yyrkoon, llegados a cierta edad... quejarse no es posible, dado que tenemos aquello que queremos, aunque sea incertidumbre derivada de un afán por seguir soñando.
Irene, este fin de semana... descubrí que aún quedan caballeros. ;-)
Ay, Jordi. ¡Qué te voy a decir que no imagines! El caso es que... muchas veces la imaginación es bastante más amable que la realidad al fondo del abismo. Pero seguiré columpiándome en la nube, hasta que llueva.
Estate tranquila en el trapecio que yo mismo haré de red para recogerte entre mis brazos.
Besos
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