"(...) y acusándome de una falta que no había cometido, le dije que había hecho lo que hacen las mujeres. (...) el buen padre me pintó el mal tan grande, que concebí que el placer debía ser extremo; y al deseo de saber sólo en qué consistía, sucedió el de enterarme por mí misma". (Carta LXXXI, de la marquesa de Merteuil al vizconde de Valmont. "Las amistades peligrosas", Choderlos de Laclos)
viernes, 12 de marzo de 2010
Sólo los infelices precisan de la huida constante. Sólo los cobardes dejan tras de sí una hilera de cadáveres que prueban su incapacidad de empatía. Sólo los insensibles son incapaces de hallar en otras miradas motivos para la sonrisa; en otras voces, anécdotas; en otros sentires, franqueza. Y en la prisa van sumando hartazgos, y cenizas de lumbres que no disfrutaron, y fríos polares, como preludios de los calores de hitos en los que, abrasándola, condenan cada oportunidad que, de este modo, se vuelve yerma. Y de nuevo la huida, y el frío, y los cadáveres sin sonrisa, sin voz, sin sentimiento.
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4 comentarios:
Esto concorda exactamente co meu primeiro amor, unha rapaza finlandésa... ainda que me gustaría non lembrarme nunca máis... quedoume un regusto moi moi malo dela... incluso logo de tantos anos sigueme dando ese mal sabor sobre todo o resto de mulleres, pero supoño que o tempo curao todo ... máis ou menos...
Los infelices, los cobardes, los insensibles, son dignos de lástima, en el fondo, aunque hagan daño, ellos son los que más sufren, y los que más pierden.
Mucha suerte y moitos biquiños, Markesa.
El silencio y la huída sólo son el refugio de los cobrades. Un beso, MARKESA.
Hola buenas tardes, antes que nada felicitaciones por el blog, muy bueno y que me encantó el post y es verdad, solo aquellos que nunca estan conformes con nada y no encuentran paz en ningun lado, ni siquiera consigo mismo; estan escapando permanentemente. siempre.
Un saludo
Omar
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