miércoles, 25 de diciembre de 2013

Te has aferrado a mis sueños, en los que moras. Y tus labios se me antojan cercanos y tus manos mantienen la calidez de esas noches en vela, en las que las miradas precedían a las caricias robadas, y las sonrisas a esos besos en los que jamás logramos entregarnos.

Pero es hora de naufragar una vez más, en ese mar de tiempos y de distancias que todo lo ahoga. Todo, salvo los recuerdos que aun me hacen estremecer mientras recorro una vez más en mi memoria esos abrazos baldíos a los que me quise asir.

Y el ocaso me rinde, armado de matices y de pasiones. Y es entonces cuando mi ser me lleva de nuevo a ti, a ti que me habitas, que comandas mis apetitos en un recorrido sabio y parsimonioso que aun no sabe de finales.

Y amanezco plena de ternuras. Te has hecho de nuevo cómplice de mi despertar. Pero enseguida te extraño, sumida en ese alba de ausencias que, pese al dolor, ha de ir iluminando el día y servirse de sus colores para calmar tu recuerdo atroz. Tan nítido como inalcanzable.

Y, por fin, la mañana se torna mediodía y me viste de ilusiones a la espera de esa puesta de sol que me acerque a la noche y a los sueños en que te sueño y te siento en mí, tan mío y amable como entonces, cuando querernos era la batalla y la victoria; cuando querernos, pese a todo, se metamorfoseó en derrota.

La noche en la que te sueño.
La mañana en la que no estás...
Y el día sin ti. Siempre interminable.

2 comentarios:

Yyrkoon dijo...

Jue, cuánto tiempo sin verla por aquí. Veo que la navidad te ha dejado secuelas xD

PD: No vale copiarse el comment.

Kim Basinguer dijo...

¡¡Me encanta!! lo bien expresado que están los sentimientos.
Suena a trio...la de la noche llora de dia, y la de dia, llora de noche...