"(...) y acusándome de una falta que no había cometido, le dije que había hecho lo que hacen las mujeres. (...) el buen padre me pintó el mal tan grande, que concebí que el placer debía ser extremo; y al deseo de saber sólo en qué consistía, sucedió el de enterarme por mí misma".
(Carta LXXXI, de la marquesa de Merteuil al vizconde de Valmont. "Las amistades peligrosas", Choderlos de Laclos)
lunes, 16 de junio de 2014
En días como el de hoy, nos hacíamos el amor como si no doliese y el infinito fuese nuestro.
Como si no muriésemos un poco más en cada caricia regalada.
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