No más, no más, NO más. Nooooo. Aún muero por MÁS...
Pero me niego a escuchar tu voz, a temblar en tus pupilas, a sentirme viva, a aferrar de nuevo tus labios a mi espalda escondiéndonos del mundo y huyendo de todo cartel de prohibido.
Y me niego a creer que pueda hallarte en otras bocas, que pueda sonreír sin tus besos, que pueda vibrar si no es en tu cuerpo.
Y me descubro muerta cada vez que pronuncio ese NO MÁS, y me descubro muerta cuando me niego a ti, y me descubro muerta y sigo gritando ese absurdo NO MÁS, pese a que sé que no seré libre si no es contigo.
"(...) y acusándome de una falta que no había cometido, le dije que había hecho lo que hacen las mujeres. (...) el buen padre me pintó el mal tan grande, que concebí que el placer debía ser extremo; y al deseo de saber sólo en qué consistía, sucedió el de enterarme por mí misma". (Carta LXXXI, de la marquesa de Merteuil al vizconde de Valmont. "Las amistades peligrosas", Choderlos de Laclos)
jueves, 27 de septiembre de 2007
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2 comentarios:
Contradicciones y luchas interminables contra nuestros instintos. Batallas ganadas y guerras perdidas.
Abrazo.
Escrito por Pequena 30/09/2007 12:57
Me encanta revolver en las entradas antiguas de los blogs, siempre encuentro algún tesorito. Por ejemplo esto creí que lo había escrito yo, hará unos... ¿10 años? Me costó mucho librarme de su hechizo. Pero es verdad que quedé un poco-bastante muerta.
Menos mal que en el amor siempre -o casi- hay resurrecciones.
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