domingo, 23 de diciembre de 2007

Una de abrigos

Anoche recordé madrugadas de otrora, en las que nada se movía a mi alrededor sin un halo inevitable de locura, color y pluma, mucha pluma. Y no es que anoche me viese rodeada, como antaño, de loquitas ansiosas de piquitos y de comentar tendencias de moda y maquillaje, sino que, con sus matices, se repitió una escena...

La que rememoré: protagonizada por Vecino, la loca más multicolor, la más alegre y a veces la más amarga (es lo que tienen los excesos, que le llevaban de la risa a la angustia en un paseo a veces excesivamente tortuoso).

La que aconteció anoche: protagonizada por mí.

El punto común: una prenda.

En aquella ocasión (creo que allá por 1997), Vecino se enfadó con su abrigo (sic) y lo abandonó a su suerte en el Potemkin. Al salir, pasados unos minutos de azorada diatriba contra su presunto ofensor, se dio cuenta de que con ocho grados bajo cero imperaba una reconciliación. Y allá se fue, a recuperar su abrazo. Pero él ya no estaba. Lo buscó y rebuscó, pero... era tarde. Su abrigo, dijo nostálgico y arrepentido, se había ido para siempre. Eso sí, al día siguiente, recién abierto el local, lo recuperamos. Sólo hacía falta vaciar de gente el Potemkin para ver con más claridad sus secretos.

Anoche no es que me enfadara con mi abrigo. Simplemente lo dejé solo y supongo que, harto de tanto abandono en la madrugada, decidió irse con otra. Me imagino que volverá conmigo, no sólo porque la que se lo llevó me dejó a cambio uno mucho más nuevo y calentito, sino porque ya estaba acostumbrado a mis formas, a mis contornos. Demasiados años juntos como para consentir que me deje por otra.

7 comentarios:

El Vizconde Valmont dijo...

¿Sois "otra", u "otro"?
Marquesa, a veces creo que sería mejor no conocerla, y seguir imaginándola sexy, con abrigo y nada por debajo.

Markesa Merteuil dijo...

¿Nada por debajo? Creo que un corpiño y un liguero, que me sujete las medias es más apropiado... Hace frío, sabéis...

En cuanto a la pregunta, creo que A. Al menos nadie me ha dicho lo contrario. Eso sí, tengo un cierto imán para ciertos ambientes. Llegó un momento en el que yo era la rara: la única mujer y la única hetero del grupo en el que me movía... Cosas. Se aprende mucho con ellos, la verdad... De hecho creo que ninguno me llegó a ver nunca como una mujer. No desconfiaban. Más bien al contrario: compartíamos trucos, truquitos y trucazos. Eso sí, la norma: no compartir... ya sabéis...

El Vizconde Valmont dijo...

Un corpiño, un liguero, medias...
Marquesa, es usted encantadora.

una loca linda dijo...

¡¡¡¡Feliz Navidad!!!!!!
un beso giganteeee!

Markesa Merteuil dijo...

Pero eso ya lo sabíais, ¿no?, vizconde... Y sí, ya sé, ya sé que están algo en desuso esas prenditas, pero es que las adoro...

FELIZ NAVIDAD TAMBIÉN PARA TI, PILAR.... Para ti y para todos... Muacks al gusto.

Misósofos dijo...

Es una pena que la ropa a la que le tomas tanto cariño, envejezca con nosotros...
Deberían existir aerosoles restauradores o algún milagro de la ingeniería que rescatara las fotos viejas, la ropa y los recuerdos olvidados.

Markesa Merteuil dijo...

¿No os habré olvidado a vos? Estuve intentando encontrar el vínculo, pero no lo hallé... ¿?