"(...) y acusándome de una falta que no había cometido, le dije que había hecho lo que hacen las mujeres. (...) el buen padre me pintó el mal tan grande, que concebí que el placer debía ser extremo; y al deseo de saber sólo en qué consistía, sucedió el de enterarme por mí misma". (Carta LXXXI, de la marquesa de Merteuil al vizconde de Valmont. "Las amistades peligrosas", Choderlos de Laclos)
viernes, 18 de abril de 2008
A veces la mente nos juega malas pasadas y..., justo en el momento en el que la consternación debería ser nuestro único gesto visible, no podemos sino sonreír recordando los buenos momentos, las anécdotas, las carcajadas, nuestros cuerpos de entonces (hace ya más de veinte años), nuestras ganas de vivir, de jugar, de... Ni el gotero, ni el oxígeno son capaces de devolvernos a la realidad... Lo cotidiano desaparece, y vuelve a reinar la imaginación. Ésa a la que matamos poco a poco en aras de la madurez. ¡Qué absurdo! Nunca comprendí por qué la madurez nos tiene que llevar a renunciar a las cualidades más espontáneas.
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11 comentarios:
nada más lindo que escaparnos del mundo por un rato
Madurez, bendita madurez...
Hace años, aun andaba yo por Madrid, las manos en los bolsillos, la mirada abierta a todo lo desconocido, y el corazon limpio de heridas e intransigencias, vi una pelicula, no recuerdo el titulo, era algo asi como "Mildred y MAud", que explicaria perfectamente lo que refieres en tu post, una anciana loca-para lo que se espera de ella , logicamente, y un jovencito perfectamente cuerdo, pero insulso, y sin vitalidad....
La madruez, el paso de los años, no deberia matar la ilusiòn, ni las ganas de vivir.....
La realidad es que las ganas de vivir (¿o el miedo a morir?), no , pero la ilusiòn si que queda en cada cuenta del camino.....
La solución de esto es no crecer mentalmente. A medida que vamos avanzando en edad nos olvidamos de muchas de las cosas que haciamos y dejamos de hacer por que creemos que no tenemos edas, y la vida es un paso y hay que vivir cada uno lo más intenso pocible.
Biquiños
No tiene por qué, la madurez puede ser espontánea, imaginativa... y tiene de positivo la experiencia, se juega con ventaja.
Es el punto de vista de una madurita, madurita, ya llegarás...
Besos.
No creo que la madurez esté reñida con la espontaneidad. Es verdad que reflexionamos más sobre ciertas cosas, pero la espontaneidad sigue estando presente en muchos aspectos de nuestra vida.
O que a madurez reprime, gánao en profundidade...
Camiñar supón avanzar por vieiros que, de seguro, non se volverán pisar; pero agardan outros.
Unha aperta
Hola: me declaro maduro y espontáneo. Un beso, Carmen.
Los años...uno se da cuenta de repente de que hay que aprovecharlos y ya le quedan menos.
Me pareció un blog excelente!
Un saludo
Espontaneidade, inxenuidade e madurez, paréceme que son incompatibles. Precisamente eu ando nesas lides. E sí é unha peniña ter que desfacerse da espontaneidade para andar polo mundo ca cabeciña alta.
Yo he conocido muchos "maduros" inmaduros, y muchos jovencuelos/las demasiado maduros...
creo que somos como la fruta... lo que para ti es un platano verde, para mi está en su punto...
¿en que punto somos perfectos?... supongo que depende del que "nos consuma"
Puf... necesito dormir que divago.
Bicos.
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