Faltaban sólo dos días para verle de nuevo. Un tiempo que se les antojaba escaso para hermosearse para su príncipe. Lo más urgente: una limpieza de cutis, un extra de hidratación, depilación completa, pedicura, manicura, una sesión de peluquería... No querían escatimar gastos y es que, cuando se proponían un objetivo, el coste era lo de menos.
También tenían que pasarse por la corsetería y, ya que no les daba tiempo a encargar algo a ese diseñador tan amigo suyo, deberían conformarse con visitar sus boutiques fetiche.
El calzado era otro cantar: debía ser sensual y a la vez cómodo. El riesgo de estrenar se les antojaba un tanto peligroso. Una expresión de dolor y la incapacidad de bailar mermarían sus posibilidades.
La criadita las seguía a todas partes. Alguien tenía, desde luego, que cargar con las bolsas.
4 comentarios:
desde luego...alguien tenia que sostener sus bolsas...
ay Markesa!
continua...
Todas quieren ser princesas y encontrarse con un principe azul.
Yo también quiero que alguién me sostenga las bolsas cuando voy de compras! jeje A mi que no me pasen la factura. Besos
Pocos son dos días, pero yo me pregunto ¿necesitan unas niñas tantas cosas para estar bellas? ¿no es suficiente la juventud?
¿Qué será de ellas cuando lleguen a mi edad?, por ejemplo.
La belleza está en el interior ¿o no?, seguro que la criadita se lleva al príncipe.
Un abrazo.
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