viernes, 31 de octubre de 2008

Back to the city

by Andy Chango



Jamás será aburrido acariciarte.
Jamás será aburrido despertarme
sobre tu pecho,
fumando al alba,
con tus pétalos de amor
sobre mi cama.

7 comentarios:

Nikaperucita dijo...

Y andy chango que para mi era un desconocido... O_o


Ainchhh... Madrid por ahora me está tratando genial :)

Markesa Merteuil dijo...

Niña... aprovecha que por lo visto el espectáculo en Madrid incluye muchos más instrumentos y es bestial. Acá sólo trajo la adaptación para locales pequeños. Fue fantástico: Andy, unas cincuenta personas, un amigo (con el que coincidí aunque sabría que coincidiría) y yo. Ambos somos "mega freak fans" y, si nuestra "amistad" llegó a donde está ahora fue, precisamente, porque la segunda vez que nos conocimos (en otra ciudad, dos años después y sin darnos cuenta de que ya nos conocíamos) en mi coche sonaba Andy Chango. Un pequeño detalle que recordamos durante el concierto y que nos olvidamos de contarle a él cuando nos sacamos fotos antes del concierto.

Isabel dijo...

¿Y a quien aburre el amor?.
Un beso

Jordicine dijo...

Que bonito. Vuelves a ser tú, Markesa. O me lo parece... Un beso.

Druid dijo...

Markesa... markesa....

Usted va y viene como las olas del mar... (o a mi me lo parece?) ¿no se encontraria mejor si durante una temporada su interior fuese cual espejo de lago?.

Ya sabe usted..... una nube... visualizar una nube.

Bicos.

irene dijo...

¡Qué bonito!, yo quiero algo así, tan tierno, tan dulce, tan intenso, y... tan duradero.
También a ti te lo deseo.
Moitos bicos, Markesa.

Francisco dijo...

"No se que prefiero,
si la belleza de su melodía
o la de lo que nos sugiere;
si el canto del mirlo
o el silencio que le sucede."
Creo eres una persona que se ha encontrado así misma, pues te sientes segura siendo nadie, solo desde ese punto se puede empezar a comprender la integración y la no-integración del ego...Hoy en la inmensidad del mediodía el pecho se abre. Respiro la luz intensa, la planicie del cielo y las hojas de los árboles me llegan claras y limpias después de la lluvia, todo llega con el pulso de la alegría, diáfano y nítido, como un camino de hormigas de placer. El riachuelo de las horas se sucede como un susurro de apacible. Zar y yo nos sentimos bien sabiendo todo esto.
Felicidades Markesa
Franc.