"(...) y acusándome de una falta que no había cometido, le dije que había hecho lo que hacen las mujeres. (...) el buen padre me pintó el mal tan grande, que concebí que el placer debía ser extremo; y al deseo de saber sólo en qué consistía, sucedió el de enterarme por mí misma". (Carta LXXXI, de la marquesa de Merteuil al vizconde de Valmont. "Las amistades peligrosas", Choderlos de Laclos)
jueves, 23 de octubre de 2008
Un poso en forma de letras
La mayor parte de las veces, la pasión ni siquiera deja un rastro a seguir cuando nos perdemos en apatías. Tal vez, a lo sumo, un poso en forma de letras con las que, una vez, intentamos convencernos de que, arrítmicos, sentimos aquello que los poetas elevan a la categoría de amor.
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9 comentarios:
La pasión siempre deja rastro, MARKESA. Te lo digo yo.
Muy profundo, Markesa. Esta vez me has dejado desconcetado. Un beso.
En momentos así gustaríame ser un can, para poder decir con todo énfase: GUAU!!!!
Cuando la pasión da paso a la apatía, a veces, no deja ni siquiera un buen recuerdo, y sólo la duda de si aquello existió.
Un beso.
Pasión... siempre.
Te abrazo
MentesSueltas
creo que la pasión termina, y cuando pasa, lo mejor es terminar con la relación. Nada de engañarse, o el frio nos congelara. Un saludo.
La pasión es como un espejismo,una vez que se acaba,desaparece.
Saludos
Pois a min, encantame o que escribes respecto da pasión. E dicho un apasionado. Bicos
Y buscas entre los recuerdos y dudas de que aquello realmente existió...
Sabias palabras, niña :)
Besos y buen día
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