"(...) y acusándome de una falta que no había cometido, le dije que había hecho lo que hacen las mujeres. (...) el buen padre me pintó el mal tan grande, que concebí que el placer debía ser extremo; y al deseo de saber sólo en qué consistía, sucedió el de enterarme por mí misma".
(Carta LXXXI, de la marquesa de Merteuil al vizconde de Valmont. "Las amistades peligrosas", Choderlos de Laclos)
sábado, 7 de marzo de 2009
Cuando te conviertes en agua que habita ojos ajenos, has de aferrarte, si no quieres acabar rodando por una mejilla.
12 comentarios:
E se é unha gotiña destas arriscadas que lle mola a caida libre?
A veces ser lágrima, no implica peligro, si mi destino es tu mar...
Muy produndo!
Quien fuera ojo :-)
Un pensamiento muy bonito. Un beso
A veces no está de mas tener esa lagrimita rondando por nuestros mofletes.
Precioso. Bico grande
A lo mejor ese ansia por querer aferrarte es lo q te puede hacer resbalar.
Un saludo en las ondas x)
Lo bueno del agua es que se amolda a todo....
te noto triste.
Bicos.
Puede ser purificadora, a veces es bueno darle rienda suelta.
Moitos bicos.
Muy bella y sensible la imagen poética...un abrazo de azpeitia
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