"(...) y acusándome de una falta que no había cometido, le dije que había hecho lo que hacen las mujeres. (...) el buen padre me pintó el mal tan grande, que concebí que el placer debía ser extremo; y al deseo de saber sólo en qué consistía, sucedió el de enterarme por mí misma".
(Carta LXXXI, de la marquesa de Merteuil al vizconde de Valmont. "Las amistades peligrosas", Choderlos de Laclos)
martes, 20 de abril de 2010
Yo en ti, tú en mí
No hay nada como verse reflejada en unos ojos hambrientos de paladear cada segundo y de apurar cada sonrisa para renacer en nuevas complicidades.
4 comentarios:
El reflejo de una imagen enamorada debe ser de una gran belleza, estoy casi segura.
Biquiños, preciosa.
A este lado da Pedriña chamámoslle reciprocidade. E mola, si.
Bicos
Tal vez debería haber agregado un: Nostalgia de... antes del yo en ti, tú en mí.
Me gusta!
Publicar un comentario