lunes, 31 de diciembre de 2012

Nunca mereceré las mayúsculas cuando me defino como mujer. Tampoco lo pretendo, dado que el ser humano que mejor se aproxima a la plenitud es aquel que sabe de su lejanía y que intenta crecer y superarse a diario. El cenit de la madurez nunca llega, por mucho que algunos se empecinen en creer que lo han alcanzado, tal vez por soberbia o quizá porque ya se han rendido.

2 comentarios:

Kim Basinguer dijo...

Siempre serás mayúsculas por ser mujer, o por ser hombre...porque las mayúsculas las tiene el ser humano que está lleno de sentimientos de amor.
Lo demás solo son caractéres escritos de distintos tamaños.

Markesa Merteuil dijo...

:) Pero la lucha ha de ser perenne. Cuando creemos que todo está hecho, perdemos la batalla.