"(...) y acusándome de una falta que no había cometido, le dije que había hecho lo que hacen las mujeres. (...) el buen padre me pintó el mal tan grande, que concebí que el placer debía ser extremo; y al deseo de saber sólo en qué consistía, sucedió el de enterarme por mí misma". (Carta LXXXI, de la marquesa de Merteuil al vizconde de Valmont. "Las amistades peligrosas", Choderlos de Laclos)
lunes, 31 de diciembre de 2012
Nunca mereceré las mayúsculas cuando me defino como mujer. Tampoco lo pretendo, dado que el ser humano que mejor se aproxima a la plenitud es aquel que sabe de su lejanía y que intenta crecer y superarse a diario. El cenit de la madurez nunca llega, por mucho que algunos se empecinen en creer que lo han alcanzado, tal vez por soberbia o quizá porque ya se han rendido.
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2 comentarios:
Siempre serás mayúsculas por ser mujer, o por ser hombre...porque las mayúsculas las tiene el ser humano que está lleno de sentimientos de amor.
Lo demás solo son caractéres escritos de distintos tamaños.
:) Pero la lucha ha de ser perenne. Cuando creemos que todo está hecho, perdemos la batalla.
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