jueves, 16 de octubre de 2008

Se me antoja improbable encontrar un rastro nítido de ti en mis sábanas. Todo lo que hay es una inmensa amalgama de mis despertares contigo. Y todo somos tú y yo: nuestra huella cubriendo cada rincón de mi cama o, tal vez, de mi memoria*.




* Empiezo a confundirlas.

12 comentarios:

Yyrkoon dijo...

ves? lo que yo decía.
xDDD

Markesa Merteuil dijo...

Bienvenido también... :)

PD: Soy demasiado terca... :)

Nikaperucita dijo...

amalgamas... de sabanas de sentimientos... espero que sean positivas :)

Jordicine dijo...

Epero que tengas suerte. Te lo mereces, Markesa! Besote de ánimo sólo para tí.

Isabel dijo...

Eso es porque te dejó huella, a veces soñar con lo que deseas, es como tenerlo. Un beso

irene dijo...

El tiempo suele distorsionar los recuerdos, a veces los idealiza, otras no, deseo que los tuyos sean dulces.
Besos, Markesa.

Francisco dijo...

Anoche quedó vuestra bella historia fraguada, cómplices en tantas noches de luna, y te quedaste con la emoción, quizá …en el cofre de los desaires, cuando la noche fundó nido en tu pecho, cuando quisiste desclavarte del vasto crucero de la amargura, cuando intentaste burlar la sombra con el silbido del miedo…Quizá
Buenas noches, Marquesa…o tal vez no, quizá.
Franc.

Markesa Merteuil dijo...

El caso, Franc, es que tal vez lo que no quise fue desclavarme, sino aferrarme a lo conocido, para no acrecentar las llagas intentando huir de esa prisión que construí a mi medida. O tal vez no... El caso, Franc, es que a veces nos acomodamos en lo conocido amparándonos en prejuicios, que no son sino miedos. El caso, Franc, es que aunque a veces intentemos huir de la sombra de nuestro yo, otras muchas lo hacemos desde la soga, que hemos tejido en torno a nuestras miserias, para, así, regresar a la esencia. Y el caso, Franc, es que no sólo lo sabemos: además, nos regodeamos en la presunta "desgracia" que alimentamos con nuestra actitud o con nuestra pasividad, porque, en el fondo, o en la superficie, lo que nos gusta es quejarnos y lamernos las heridas de esa soledad que tanto lamentamos y que, realmente, alimentamos día tras día para que no nos deje.

Realmente halagada me siento, como ya os dije, con vuestra respuesta, Franc; cruda y poética a un tiempo, como la nostalgia en la que tanto me gusta recrearme.

Markesa Merteuil dijo...

En mi caso, Irene, creo que son dulces en función de mi estado de ánimo. En otras ocasiones, prefiero recordarlos amargos, sea cuál sea éste, para no repetir errores. Eso, lamentablemente, tiene unas consecuencias, pero... ya sabes aquello de que "sarna con gusto no pica".

Markesa Merteuil dijo...

Gracias por el beso, Jordi... Otro para ti. :-)

Markesa Merteuil dijo...

Nika, en el fondo, si nos paramos a pensarlo, todo tiene su lado positivo. Eso sí, cuando queremos quejarnos siempre hallaremos de qué. Besitos, wapa.

Markesa Merteuil dijo...

Y, aunque lo sometamos a un meticuloso proceso de secado, nunca sabrá como antes.

...queda un cigarro mojado...