sábado, 17 de julio de 2010

Añoro tus besos en mi espalda, tu aliento en mi cuello, tus manos en mi cintura y las sonrisas que eclipsaban la penumbra.
Me acostumbré a vos; y al ocaso de mi cuerpo rendido a tu cuerpo, convertido en religión.
Hoy no puedo dormir si no es soñándote.

2 comentarios:

Chousa da Alcandra dijo...

Observo que a perspectiva dende a que añoras é "dente a retagarda". Magnífica posición sen menosprezo das restantes...

Bicos en xenuflexión

Markesa Merteuil dijo...

Ai, Chousiña... :D