Añoro tus besos en mi espalda, tu aliento en mi cuello, tus manos en mi cintura y las sonrisas que eclipsaban la penumbra.
Me acostumbré a vos; y al ocaso de mi cuerpo rendido a tu cuerpo, convertido en religión.
Hoy no puedo dormir si no es soñándote.
2 comentarios:
Observo que a perspectiva dende a que añoras é "dente a retagarda". Magnífica posición sen menosprezo das restantes...
Bicos en xenuflexión
Ai, Chousiña... :D
Publicar un comentario