"(...) y acusándome de una falta que no había cometido, le dije que había hecho lo que hacen las mujeres. (...) el buen padre me pintó el mal tan grande, que concebí que el placer debía ser extremo; y al deseo de saber sólo en qué consistía, sucedió el de enterarme por mí misma". (Carta LXXXI, de la marquesa de Merteuil al vizconde de Valmont. "Las amistades peligrosas", Choderlos de Laclos)
martes, 5 de abril de 2011
Olvidé que olvidé. Y ya ni sé si quiero olvidar de nuevo que olvidé que olvidé, o dejarlo estar. Porque hay abrazos que al día siguiente son helada y besos con regusto agrio. Y ya no quiero luchar, ni escuchar. Tampoco esperar, ni actuar. No quiero que estés, pero tampoco que te vayas. Y querer y no querer me agota, me frustra, me enfurece, porque ya ni siquiera duele. Sólo me incomoda. Y ya no sé si es tristeza o apatía. Si es decepción o frustración. Pero el reloj juega en tu contra alejándome de ti.
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6 comentarios:
Non te men enfurruñes, pero a iso que ti describes con tanto xeitiño...miña avoa chamáballe TONTERÍA!.
Biquiños
Ay Marquesa que dilema....te comprendo.
Un beso.Me encanta leerte
Es cierto que lo dice Chousa, es tontería ¡ pero la mayoría de las mujeres la padecemos!
Es ese momento en que el amor se va marchando y en su lugar queda la tibieza, la desilusión y el conformismo que es como una llama que no alumbra suficiente.
Uf, vaya Tiovivo.
El reloj siempre juega en contra, en el desgaste por conocer la "verdad" te encuentras con un día menos.
...También es cierto que hay días, y días...
es la historia de la vida, ni contigo ni sin ti, pero cada vez mas sin ti. Un beso
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